viernes, 23 de diciembre de 2022

PLAYA 1. Verano 2020

    Principios de Junio, nos vamos de vacaciones a una de las playas paradisiacas del sur, una playa de esas vírgenes de las que hay poquita gente..Hace un poco de levante, así que nos ponemos entre dos dunas para protegernos de la arena, corre un viento fresco, pero aún así, tenemos ganas de playa.
No me da tiempo de sacar la toalla y ya está mi chico tumbado, mirándome fijamente. Le encanta verme desvestirme, más aun cuando le he dicho que estoy estrenado bikini.
Lentamente me quito el vestidito de playa, y me descubro con una braguita de minibikini blanco, las tetas, me las dejo libres.
Me tumbo a su lado y noto que ya tiene una erección prominente, lo toco y está muy duro. Vemos gente pasear por la orilla de la playa, y reímos por la ocurrencia.
Me dispongo a tomar el sol, y recuerdo que me tengo que echar protección, por lo que le pido a mi chico que me eche cremita.. él, por supuesto, acepta encantado.
Empieza a untarme crema por la espalda, continúa por el culo, y se recrea.. me pone el bikini tipo tanga y noto más dura su polla en mi culo. Me dice que me gire, mientras el está de rodilla a mi lado. En lo que me giro no puedo pasar por alto su bulto, luchando por salir de su bañador. Observo si viene alguien, y solo veo a algunas personas pasear a lo lejos.
Me pongo de lado, y le acaricio la polla por encima del bañador, la libero y la noto húmeda. Estoy super excitada, lo miro, y veo que mi chico está aún más. Le cojo la polla con la mano, y la subo y la bajo, masturbándolo, lo miro con cara lasciva y me muerdo el labio. Mi chico ahoga un gemido, y me meto la polla en la boca, y empiezo a comérsela con ganas, Le lamo la punta y me la meto entera en la boca, vuelvo a lamerle solo la punta, y así un rato. Mi chico se agacha un poco, mientras yo sigo masturbándolo con la mano, me pone boca arriba, con mis pechos al aire y los pezones duros, del morbo y el sol. Mi chico se para con mis pechos, los acaricia y me aprieta los pezones hasta que gimo, me acaricia desde el pecho hasta el vientre, mete la mano bajo mi bikini blanco y comprueba lo mojada que estoy.
En este momento pasa un grupo de personas por la orilla, pero a mi chico no le importa, me mira y me acaricia el clítoris, hace círculos que me vuelven loca, me mete un dedo, y luego dos, gimo.. saca la humedad de mi interior y continúa acariciándome el clítoris. Con la otra mano me coge una teta y la acaricia, me aprieta el pezón y me hace volar.
La situación me tiene cachonda perdida, el sol calentándome la piel de los pechos desnuda, la brisa fresca haciendo contraste con el calor que me provoca la mano de mi chico en mi coño, vuelve a meterme los dedos y se me escapa un gemido más sonoro. Creo que alguien nos ha visto, pero en ese momento, solo estamos él y yo.
Continúa masturbándome, el movimiento de sus dedos me tiene extasiada, tengo la respiración agitada. Noto un placer desde la planta de los pies, se que si sigue así me voy a correr pronto, se lo digo, y casi no me salen las palabras, me muerdo el labio y lo miro, mientras otra oleada de placer me azota, estoy casi a punto… Hasta que empiezo a tensarme y me corro, pero me corro de una manera brutal, con un squirt, mi chico no deja de tocarme y meterme los dedos, hasta que no puedo más y se aparta.
Estoy extasiada, me pide que me gire y me coloque boca abajo en la toalla, hago lo que me pide con mis fluidos corriendo mis muslos abajo, se coloca sobre mí, me aparta la braguita del bikini y noto como su polla, dura como una piedra se hace hueco entre mis nalgas, hundiéndose hasta la entrada de mi coño con facilidad gracias a la humedad de mi squirt. Me la mete y gimo de nuevo, se tumba por completo sobre mi y mete una mano bajo mi pelvis, mi coño se acostumbra al grosor de su polla rápidamente, estamos muy excitados, ya no vemos si pasa alguien, no nos importa, solo nos importa nuestro placer.
Me embiste sin pausa mientras me acaricia el clítoris de nuevo con una mano y me besa el cuello, así seguimos un rato, gimiendo, disfrutando, de la playa, del sol, de nuestros cuerpos y nuestros fluidos.
Vuelvo a estar al límite del orgasmo, le pido más, me folla más fuerte y me vuelvo a correr, con tal intensidad que expulso su polla de mi interior, se recoloca y me avisa que le queda poco, sigue embistiendo y centrándose en mi clítoris, hasta que noto como su polla se tensa y empiezan los espasmos, se está corriendo en mi interior, y yo estoy a punto de volver a correrme, lo nota y no sale de mi, sino que continúa, me muerde el cuello y me siento morir, vuelvo a correrme.
Se gira y sale de mi, se guarda la polla y me recoloco el bikini, con el semen resbalando por mis muslos y las respiraciones agitadas, nos abrazamos, y nos besamos, diciéndonos sin palabras, que nos espera un fin de semana lleno de placer… que no ha hecho más que empezar.

sábado, 23 de mayo de 2020

PARTE 3. AUN CALIENTES


19 de Abril. Día 35 de la cuarentena.
Habían quedado en verse en casa de ella. Todavía era todo un poco raro, tras unas semanas sin contacto, se reencontraros dos días antes y de nuevo surgieron los fuegos artificiales.
Ahora es ella la que tiene miedo de que él se arrepienta de su decisión, y le pide que vayan despacio, él entiende su situación y así lo hacen, como si volvieran a empezar.
Ella tiene en la cochera de su casa un pequeño gimnasio, al que se dirigen cuando él llega. Allí se besan, y en ese momento es como si se parara el mundo, adiós miedos, adiós rencores, allí solo hay amor y pasión.
Tras varios besos intensos, bajan la temperatura conversando sobre lo que hicieron el día anterior, hablan de las familias, de como están ellos mismos y de las sensaciones que se despiertan. Entonces es cuando ella, sentada en una cama elástica en el suelo ve como se va despertando poco a poco su erección. Él, sentado en una silla de oficina, como siempre, va sin calzoncillos, con un pantalón de chándal holgado, lo que deja que su polla esté bastante libre.
Ella se ríe y lo mira con picardía, tira de la silla y la acerca hasta ella. Juega un poco con su polla por encima de los pantalones, y viendo como ésta lucha por salir, baja un poco la cinturilla del pantalón y ahí la tiene, su polla super dura, y con la punta mojada, como a ella le gusta. La toca con mimo mientras lo mira a los ojos. Complicidad.
Ella no tarda en incorporarse un poco y meterse la polla entera en la boca, calentita y húmeda. La lame por fuera y se la mete entera, así un rato, juega con la lengua por la punta del capullo, casi morado de la tensión. No deja de comérsela con ganas y añade el movimiento de arriba abajo con la mano, al ritmo del movimiento de la boca, echa más saliva, el gime.
Él no deja de pensar en como tendrá su coño, con lo cachonda que se está poniendo, y sin aguantar más, la levanta y mete la mano bajo sus mallas y sus braguitas brasileñas que tanto le gustan, y descubre que, efectivamente, tiene el coño super húmedo. Ese coño que le encanta, gordito, totalmente depilado y suave y siempre húmedo. Como él suele decir: “penetrable”.
Él la toca durante un rato mientras ella no deja de comerle la polla, gimiendo con frecuencia, cachonda perdida, metiéndose la polla hasta que llega la arcada, y con ella más saliva. El gime.
No aguantan más, y se tumban en las alfombritas del yoga, ella encima, se baja y le come la polla un rato más, cuando no puede esperar más, se mueve hasta que consigue meterse la polla. Placer, sensación de estar completa. Joder como le encanta su polla.
Cabalga durante un rato, mientras él le toca el clítoris y las tetas que botan, y consigue que ella se corra en varias ocasiones.
Están los dos super cachondos. Echaban muchísimo de menos todas esas sensaciones. Se echaban de menos ellos.
Ella se pone a cuatro patas, y el la penetra mientras le sujeta las nalgas y la masajea, sin perder vista de su ano. Como el describe, rosita y apetecible. Sin dejar de embestirla, juguetea con el dedo en su culo, y ella responde con un gemido. Le va introduciendo el dedo poco a poco sin dejar de follársela hasta que ella se corre.
Ambos se levantan, se besan con pasión, se tocan, se miran, ella se echa sobre el coche y nuevamente él la penetra desde atrás.
A ella le pone muchísimo la sensación de semidominación, y él lo sabe, así que hace que apoye sus tetas sobre el capó del coche y le agarra por la espalda las dos manos, sin dejar de penetrarla. Ella no deja de gemir, está extasiada de placer, con las piernas chorreando de todas las veces que se ha corrido.
A él le encanta lo que ve, le encanta que siempre esté tan receptiva y tan mojada. Le muerde el cuello, se inclina y le toca las tetas que están frías del contacto con el coche.
Ella necesita un descanso, se gira y se dispone a comerle la polla como si fuera lo último que va a hacer, el la mira y le coge de la coleta, la mueve según le viene la inspiración y ella, en lugar de quejarse, abre bien la garganta para poder tragarse lo máximo que pueda esa polla durísima.
Le echa saliva, la lame por la punta, se la mete entera en la boca, una arcada, y más saliva. El le tira del pelo hacia detrás y hace que ella lo mire, sin ésta dejar de masajear la punta de su polla y con los ojos aún brillantes de la arcada.
Le pega un tirón y la levanta. Empieza de nuevo a follársela sobre el coche. La azota, ella gime.
Le vuelve a introducir el dedo en el culo y ella se retuerce de placer, el sigue empotrándola sobre el coche, sin descanso, ambos sudando, colorados y excitados.
Ella no puede más, extasiada. Lo aparta y le come la polla con ganas, con intensidad, le toca los huevos, me muerde la pierna mientras mueve la mano hacia arriba y hacia abajo sobre su polla, y se la vuelve a comer, hasta que él se corre en su boca.
Ambos cansados, satisfechos y enamorados, se tumban a abrazarse como hacía tiempo. Se besan, se acarician y de nuevo, comprueban que aunque en esas semanas ellos han cambiado, siguen sintiendo lo mismo el uno por el otro.


miércoles, 6 de mayo de 2020

PARTE 2. EL REENCUENTRO


PARTE 2. EL REENCUENTRO
17 de Abril. Día 33 de la cuarentena.
Ella volvía el fin de semana a casa. Habían quedado en verse el viernes por la tarde cuando ella llegara para comprobar después de tres semanas sin contacto físico, qué sentían.
Ella, nerviosa de nuevo, después de tantos años juntos, sintiéndose como la primera vez que quedaron, con miedo, por si no sentía lo mismo después del daño que le había hecho.. Llega a su casa, él la espera en la cochera para tener intimidad (problemas del confinamiento si vives con la familia… ).
Momento raro, tenso, ella espera a ver cómo reacciona él, al fin y al cabo ,era el que tenía dudas sobre ellos… El no aguanta más, se acerca a ella y la besa, lento al principio, sintiendo cada movimiento, el roce de los labios. Ella se estremece, efectivamente sigue estando enamorada hasta las trancas. Él aumenta la intensidad de los besos, le agarra la cabeza y la pega a la suya, ahí nota como ella pierde el control, ese gesto la pone super cachonda.. No se distingue donde acaba una boca y empieza otra, se besan con ganas, con deseo, con anhelo, se han echado de menos y se lo demuestran.
Él la abraza, la acaricia, lleva las manos hacia su culo, ese culo que le vuelve loco, y su polla quiere salir y volver a lo conocido.
Ella, excitada, con las mejillas sonrosadas y la respiración entre cortada, le sigue el juego, un juego que conoce perfectamente. Se expone, lo provoca, se muerde el labio y lo vuelve loco.
Él sigue perdiendo las manos en su cuerpo, acariciando todos los rincones que tanto le gustan, le acaricia las tetas por encima del jersey... ya se ha dado cuenta que lleva el sujetador de encaje que lo pone super cerdo, porque deja ver lo justo para que la imaginación y los recuerdos monten la escena. Se acelera, le mete las manos por debajo del jersey, acaricia su piel suave mientras le besa el cuello. Ella pierde el control de sí misma, se deja hacer. Mientras que él sigue subiendo las manos por su espalda, hasta llevarla a sus tetas, las acaricia por encima del sujetador y nota los pezones duros, calientes, se le hace la boca agua, necesita chupar esas tetas de nuevo, y se dirige a ello. Le come las tetas con ganas, las agarra, y disfruta de su sabor, de cómo se ponen más duros los pezones, y ella gime.
Él le mete una mano por debajo del pantalón y de las braguitas, y nota la humedad, su coño siempre preparado, cosa que le encanta y lo excita  a más no poder. Empieza a tocarle el coño, su mano se resbala sin dificultad. Ella gime, él se enciende más.
Se tocan, gimen, se besan, se estremecen, les vienen todos los recuerdos y sensaciones mermadas, super cachondos él coge un condón y se lo pone. Ella se monta en la mesa, abre las piernas y lo invita a que la folle. Él no duda, la prepara un poco más si cabe, y la penetra. Otra vez, los cuerpos unidos como tantas y tantas veces habían hecho, en el sexo eran los mejores. Se conocen, se sienten, follan como locos. Ella se corre de tal manera que saca la polla de la presión. Ella se pone de pie, se gira y se apolla sobre el maletero del coche, el aprovecha y la penetra desde atrás, profundo, la agarra del pelo haciendo que ella levante la cabeza, la acerca a él para poder tener más acceso a su cuello.
Mientras la está follando, le sujeta detrás de su espalda las manos, mientras él le toca las tetas y el clítoris a ratos y ella no puede moverse. Sabe que a ella le vuelven loca los jueguecitos de dominación suave. Ella se vuelve a correr.
Ella suda, disfruta como una loca. Él no deja de mirarla, de tocarla, de disfrutarla. Ella le pide que se siente en un banquito, ahora le toca el turno de dominar a ella.
Lo monta, desnudos los dos, piel con piel, mientras ella se toca y el le acaricia los pechos.
Nota como se contrae cada vez que la penetra profundo, el se deja hacer, le toca el culo, lo encuentra abierto y preparado, además esa postura incita a que la penetre.. al menos con los dedos.. se acerca con cuidado y ella gime. Él lo toma como una invitación y mientras ella lo cabalga él mete su dedo en el culo.
Ella gime y se contrae, está sudada, excitada, caliente. Él, aunque incómodo, extremadamente caliente por la situación, la sigue penetrando analmente con el dedo mientras ella lo cabalga. No sabe dónde tocar, quiere abarcar todo, su coño, sus tetas, su culo.. Ella se da cuenta, y la situación además se lo pide.. empieza a tocarse mientras cabalga y el la penetra. Está llegando al climax, un orgasmo brutal le llega desde el clítoris hasta la nuca, que la deja k.o.
Ella se levanta, le quita el condón y empieza a comerle la polla con ganas y excitada. Ella lo mira, el no pierde detalle, su chica desnuda, caliente y comiéndole la polla con gusto.. ¿qué más pedir?.. Saliva.. Ella da una arcada y su boca caliente se llena de saliva, que resbala por su polla hacia abajo, y añade el movimiento de la mano.. Pajeándolo mientras se la chupa, con concentración, mimo y excitación.
El gime, la polla se le pone dura, parece que va a explotar. Ella lo nota, le echa más saliva y aumenta la intensidad.. hasta que nota que se va a correr.. no cesa, y el se corre en sus manos.
Ambos se miran y sonríen, todo había vuelto a la “su normalidad”, porque ellos nunca habían sido como los demás.


miércoles, 22 de abril de 2020

PARTE 1. RECONCILIACIÓN EN CUARENTENA


Él llevaba un tiempo raro, ya no eran la misma pareja que antes, habían perdido algo..
Ella notaba que él no se reía con ella como antes, la situación estaba algo tensa, aunque el sexo funcionara como siempre, en el resto pasaba algo…

1 de Abril de 2020. Día 17 de Cuarentena.
Como todas las noches, después de cenar veían una película o un capítulo de alguna serie. Él se había ido a pasar unos días con ella al pueblo en que trabajaba. Al terminar la película, ella lo busca de manera cariñosa, pero él la para, no le apetece y al fin explota. Él no es feliz, necesita tiempo y cambios. Está a punto de comenzar el principio del fin..
Pasan los días, no se hablan, pero ambos siguen muy de cerca las historias de Instagram y cualquier movimiento en redes sociales. Él ve como ella recupera la chispa que había perdido y su sonrisa… y algo empieza a despertarse de nuevo.
Tras varios días y muchas conversaciones de por medio, él da el paso al igual que lo hizo días antes, y le dice que quiere volver a intentarlo… que necesita verla, que ha recuperado la ilusión.. ella acepta, esperando una segunda oportunidad a una relación que había sido muy feliz.. y ahí empieza la reconciliación..
16 de Abril. Día 32 de Cuarentena.
Tras un par de días hablando, necesitan pasar de nivel. Ella lo conoce, sabe lo que le pone, lo que lo excita.. y sube a Instagram un par de fotos sexys para provocarlo. No falla, él no tarda en reaccionar, le habla.
Le cuenta que su polla no funciona si no es con ella, que el porno no le vale para desahogarse. La conversación se calienta. El recuerda el coño de ella, siempre dice que lo tiene perfecto y ella le responde que no es para tanto, pero para él no hay otro igual.
Siguen hablando y ella le manda un audio mientras se masturba, se la escucha gemir mientras habla. Su polla reacciona al segundo, dura. Recuerda cómo se pone el coño de su chica cuando está excitada, húmedo, apetecible. La polla le empieza a palpitar.. la llama por videollamada, necesita ver eso.
Ella al principio, tímida solo muestra su cara de placer sin dejar de tocarse, el se masturba suavemente, tiene la polla super húmeda, que pide más. Le suplica que le enseñe las tetas, ella se toca las tetas mientras sigue masturbándose, se sube la camiseta y le muestra las tetas mientras se las agarra, gime y se muerde el labio.
Él se está volviendo loco, llevaba dos semanas recordando cada minuto lo que le excitaba esa chica..y ahí la tenia, dándose placer mientras hablaba con él.. X aumenta el ritmo de caricias en su polla, está a punto de explotar pero necesita algo más, tiene que ver ese coño para poder terminar.. Se lo pide y ella se niega.
Juguetona enfoca su coño, cubierto por unas braguitas blancas brasileñas, que sabe que a él le encantaban, mientras se masturbaba y gemía.
Él está a punto de terminar pero sigue necesitando ver el coño húmedo con el clítoris hinchado de tanto placer.. ella, se niega a modo de juego, mientras lo mira durante un orgasmo..y acto seguido se retira las bragas y el por fin ve el coño con el que tanto ha disfrutado.. eso, junto con lo cachonda que ella está y lo cachondo que él mismo está hace que termine al segundo de ver ese coñito.. al mismo tiempo ella aumenta el ritmo y se corre, mojando la cama, quedando ambos exhaustos, con esperanzas de un nuevo comienzo y todas las cosas buenas que vendrán..

martes, 24 de julio de 2018

Playa nudista


Sábado por la mañana, ponen rumbo a una playita nudista bastante conocida.
No era la primera vez que hacían nudismo, les gustaba la sensación, a él porque le flipaba estar en pelotas, a ella porque el solecito en las tetas y el coño la ponía muy cachonda.
Cuando llegaron, montaron las cosas, se desnudaron y se dieron un baño. Cada vez que la miraba o que ella se acercaba, él se ponía cachondo y se empalmaba, y a ella le encantaba.
Cuando salió del agua, ella se tumbó al sol, mojada aún, boca arriba, con los pezones duros de la brisa y las piernas abiertas, con el coñito abierto y humedecido.
A él no se le bajaba la polla, le dolía incluso de estar todo el día empalmado, porque ella estuvo todo el tiempo rozándose con él, con su polla, o restregándole los pechos por el brazo, dándole besos y mordisquitos para calentarlo, y como ella esperaba surgió efecto.
Después de comer, se tumbaron a la sombra juntos, él empezó a acariciarla, hasta que ella le dijo que estaba súper húmeda, que si quería comprobarlo.
Ella tumbada boca abajo, dejó que él metiera su mano entre la toalla y su coño mojado, y empezó a masturbarla, tocándole el clítoris y metiéndole los dedos sin que ella se lo esperara. Intentaba no gemir porque a unos diez metros había gente con sus sombrillas, desnudos también.
Él la masturbó con suavidad y pasión, ella disfrutaba, la pipilla le respondía poniéndose hinchada, empezó a gemir, se le endurecieron los pezones y comenzó a sentir un placer intenso, le estaba llegando un orgasmo brutal, empezó a correrse, un squirt generoso, volvió a meterle los dedos y siguió masturbándola, se corrió de nuevo, puso toda la toalla empapada, los muslos por dentro chorreando, pero él no paró, sino que le puso más ímpetu y la hizo correrse de nuevo, hasta que ella no pudo más y se quedó tumbada, sin fuerzas en la toalla.
Él, orgulloso de su trabajo, la besó y le hizo cosquillitas mientras se recuperaba.
Una vez se recuperó, se besaron un rato, ella se colocó un poco más abajo que él y se la comió un poco, intentando disimular, ya que no dejaba de pasar gente a su alrededor y cualquiera podía verla comiéndole la polla a su novio.
Él estaba súper cachondo, ella le agarró la polla y lo masturbó, echándole saliva para lubricar, hasta que él, se corrió sobre ella, dejando el semen en su barriga, el pecho y las manos de su chica.
Siguieron un poco más en la playa, hasta que decidieron recoger e ir a dar un paseo antes de volver a casa.  Ella se puso un vestidito sin nada debajo, y el unas bermudas de algodón y una camiseta, cuando salieron de la playa se sentaron en una escalera, al lado de un kiosco, que daba acceso a otra cala en la que no había nadie.
No se lo pensaron, él se sentó en un escalón, ella a su lado, abrió las piernas, él metió la mano y volvió a masturbarla, ella gemía casi en silencio porque había gente muy cerca, hasta que se corrió, se corrió mucho, dejando un gran charco en el escalón de abajo, ella terminó justo antes de que dos chicos subieran las escaleras y los vieran allí sentados.
Se levantaron con rapidez, ella aún con los muslos mojados y el coño palpitando, él con la polla tan dura como una piedra.
Tras dar un paseo, se dispusieron a volver a casa, para lo cual tenían un camino en coche. Él iba conduciendo, mientras hablaban de cualquier cosa, ella de copiloto, sentada con las piernas abiertas relajadas. En un momento en el que iban por autovía, el metió la mano entre las piernas de ella y la masturbo, hasta que ella estaba a punto de correrse, al ratito, ella le respondió metiéndose entre sus piernas y comiéndole la polla mientras él conducía, así estuvieron casi una hora, hasta que no pudieron más y pararon en un polígono.
Salieron del coche apresuradamente, él con una erección impresionante y ella solo con el vestido puesto y con los muslos húmedos aún. La cogió y la subió al capó del coche, se sacó la polla y empezó a follársela con todas las ganas que habían acumulado durante el día. Ella gemía, gritaba, le encantaba sentirlo dentro, que la follara fuerte mientras le agarraba el culo para hacer fuerza. Él le bajó el vestido dejando sus tetas al aire, se las metió en la boca y las mordió mientras se la follaba. Él estaba casi a punto, la cogió de nuevo y le dio la vuelta, dejándola con los pies en el suelo y las manos apoyadas en el capó, pero ella se giró y le comió la polla como una cerda, con mucha saliva, muchas ganas, fuerte, profundo, mirándolo a los ojos, lamiéndola entera, hasta que sintió la necesidad de volver a tenerlo dentro. Se giró y se puso como él la colocó al principio, y lo invitó a que volviera a follarla, él le metió la polla de un empujón y ambos gimieron, la follaba fuerte, ella gritaba del placer, él la azotaba y ella se calentaba más y seguía gritando, eso a él lo ponía como un toro y seguía follándosela fuerte, mientras que la masturbaba. Ella no podía con tanto placer, un orgasmo le estaba llegando y le pedía que la azotara más fuerte mientras la tocaba y se la follaba, hasta que no pudo más y se corrió de nuevo, mientras él seguía follándosela fuerte hasta que le llegó también su momento y se corrió dentro de ella.